10 contribuciones del Papa Francisco a la Amazonía

Francisco es reconocido como el papa de la querida Amazonia. Sistematizamos aquí diez contribuciones iniciales de su Pontificado a la Amazonía e invitamos a que hagan el ejercicio de comentarlas y enriquecerlas en sus comunidades. ¿Qué balance queda para la Amazonia al cabo de esta primera década del pontificado del papa Francisco? ¿Qué es aquello en lo que debemos seguir perseverando para que amanezca la palabra y los sueños se hagan realidad?  

Por Alirio Cáceres *

Se cumplen diez años de aquel inolvidable momento en que el nuevo Obispo de Roma pidió a los feligreses apostados en la Plaza de San Pedro que oraran por él, antes de impartir su bendición a la ciudad y al mundo.

Un Papa argentino, jesuita y con el nombre de Francisco de Asís. El Pontífice de las “primeras veces”, de las innovaciones y las sorpresas. El de la invitación a “hacer lío”, la primavera pontificia y la renovación eclesial.

El esfuerzo de sintetizar el rico Magisterio de Francisco no se agota en la disertación de una sola persona, pues su ya legendario legado, implica siempre un ejercicio de colegialidad. Hablar del Papa es tejer un “nosotros” como la fibra que se va entrelazando para dar forma a un canasto en donde todos cabemos en hermandad.

Balance inicial

¿Qué balance queda para la Amazonia al cabo de esta primera década de pontificado? Es una pregunta para que naveguemos en los meandros de la memoria y dejemos que la sabiduría fluya en los círculos de la palabra que amanece en una nueva realidad de la Iglesia en la Amazonia y la Amazonia en la Iglesia.

¿Qué es lo que ha cambiado entre 2013 y 2023 respecto a la evangelización en esta selva que es garante de la vida de nuestra gran Casa Común? Aquí van diez ideas iniciales para que las comentemos y enriquezcamos en nuestras diferentes comunidades:

1. Nuevos caminos

La Amazonía no es sólo el corazón biológico del Planeta. Es también el corazón eclesial de una experiencia piloto, un laboratorio vivencial en el que se cocinan en el fuego sagrado del Evangelio, nuevas maneras para encarnar  la Buena Nueva del Reino de Dios y transitar hacia una Ecología Integral, tal como se planteó en la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica.

Es decir, la dimensión local y regional del proceso de caminar juntos en la Amazonia ha tenido (y tendrá) profundas implicaciones universales para propiciar una conversión a Jesucristo desde las dimensiones pastoral, cultural, ecológica y sinodal en “otras amazonías” de nuestro Planeta Azul.

2. Cultura del encuentro

En coherencia con el planteamiento de una Iglesia misionera, en salida, no autorreferencial,más parecida a un hospital en medio de la guerra que a un castillo medieval, el Papa ha optado por las personas más frágiles y vulnerables, habitantes de uno de los biomas más amenazados de la Tierra.

Los pueblos amazónicos están en grave riesgo de extinción por causa del cambio climático y la colonización que los convierte en víctimas del extractivismo, la discriminación y la exclusión.

Justamente con estas comunidades ancestrales, el Papa ha establecido un canal de diálogo, valorando su sabiduría, reconociendo su dignidad, y promoviendo escenarios para visibilizar sus cosmovisiones que nutren el rescate del humanismo que posibilita vivir y convivir como familia de Dios en nuestra preciosa maloca común.

3. Escucha de la biodiversidad

El famoso método pastoral “ver, juzgar, actuar” ha dado un giro para realzar la dinámica “escuchar, discernir, responder”, justamente porque el sentido del sínodo es “caminar en compañía”, hasta los umbrales, esas periferias geográficas y existenciales del lugar que habitamos juntos.

En el caso ejemplar de la Amazonia, la contemplación del Creador en las maravillas de su creación está interligada con la escucha amorosa de las diversas etnias en las que Dios también se complace y se revela, tal como lo recuerda en Catecismo a partir del numeral 340. “…escucha de Dios, hasta escuchar con Él el clamor del pueblo; escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama” (Episcopalis Communio, N° 6)

4. Territorios que hablan

Por eso mismo, la Amazonia no es una bodega de “recursos naturales”, ni una despensa para proveer el enfermizo consumo de las sociedades industrializadas.  Tampoco es “naturaleza” compuesta de madera y agua sin alma, o masa boscosa que cumple la función de mitigar el impacto de los gases de efecto invernadero.

Gracias a la gestión del Papa, quien potenció esfuerzos eclesiales de varias décadas atrás, la Amazonia en diez años pasó de ser “periferia” a ser “centro” no sólo en el plano socioeconómico y político, sino en la perspectiva espiritual y teológica. Dios, uno y trino, comunidad preciosa de amor infinito (LS 246) navega, anda, habita la selva. En Él vivimos, nos movemos y existimos.

Ya no basta conservar el bosque húmedo tropical, es imprescindible cuidar la selva y sus guardianes en todas sus relaciones vitales. La Amazonía es santuario, catedral, basílica, en ella también cada Eucaristía se celebra sobre el altar del mundo y la historia se resignifica con el sentido eucarístico del compartir la mandioca, la fauna, la flora, los sueños, el cielo, el suelo.

5. Cuatro grandes sueños

Jorge Mario Bergoglio ha popularizado la devoción a San José dormido. Los sueños de San José son los sueños del Dios que custodia la vida, le da nombre a la salvación, libera de todo mal y peligro. Cuando el Papa propone sus sueños en Querida Amazonia, no sólo utiliza un lenguaje técnico, sino que acude a la poesía y a los imaginarios simbólicos, para plantear que el sueño eclesial siempre va de la mano con los sueños social, cultural, ecológico.

 Una Iglesia con rostro amazónico sólo será posible mediante la vivencia de la ecología integral. Los ritos en sintonía con los mitos, la ciencia con la conciencia, la creencia con la coherencia, para “exportar” una visión sagrada del territorio, de manera que los cuatro sueños no se agoten en la dimensión geográfica de la Panamazonía, sino que se extiendan, tal como lo intuyó la Asamblea Eclesial, a toda América Latina y el Caribe.

6. Lo que se ama

Del Sínodo Amazónico, no sólo quedó un producto sino un proceso en el que el rescate de la relación afectiva con el territorio es trascendental.  Llamar “querida” a la Amazonía, impulsar una histórica Conferencia “eclesial” cuyo nombre resuena tan bellamente. La CEAMA, lucha, defiende lo que se ama y en articulación con la REPAM, en red dándose, contribuye a “amazonizar” la Iglesia, la sociedad, el Estado.

Por supuesto, no se trata de asumir una identidad amazónica sabiendo que hay muchas otras culturas, pero si aprender a vivir sobriamente, en armonía, sin destruir el hábitat y descubriendo en él, la presencia sagrada.

La Amazonía no es objeto sino sujeto. no es algo sino alguien y por eso, danzar “todo está interligado como si fuésemos uno, todo está interligado, en nuestra casa común” no es sólo un estribillo de moda sino un proyecto de amor,

7. Un arca multicolor

Como pionera de la Redes Eclesiales Territoriales de Ecología Integral (RETEI), la Amazonia nos ha inspirado una mística que conecta profundamente con la Santísima Trinidad y nos conduce a vivir sinodalmente la misión evangelizadora de la Iglesia.

La REPAM es la hermana mayor, la precursora de esta mirada integral e integradora de la acción pastoral y junto a la REMAM (Red Eclesial Ecológica Mesoamericana) y la REGCHAG (Red Eclesial del Gran Chaco y el Acuífero Guaraní), en nuestro continente; la REBAC en la cuenca del Congo y la RAOEN,en las aguas de Asia y Oceanía nos muestran una forma de salvaguardar la creación como si fueran una nueva versión del arca de Noé ante la inclemencia del diluvio consumista, extractivista y depredador.

8. Narrativa personal de conversión

Si evangelizar hoy implica “laudatosificar”, no hay manera de alabar al Señor sin “amazonizar” y “fratellituttizar”. Dicho de otro modo, el testimonio cristiano se basa en una cultura del cuidado consigo mismo, los demás seres humanos y el resto de creaturas que son nuestras hermanas por provenir de la mano amorosa del Creador.

El mismo Papa Francisco confesó que durante la Conferencia del Episcopado de América Latina y el Caribe, en  Aparecida (2007), le era difícil entender porque los obispos brasileños insistían tanto con la Amazonía, hasta que los científicos que lo asesoraron para escribir Laudato si´ y la misma experiencia de contacto con la sabiduría de los pueblos originarios le hizo comprender con el corazón, lo valioso del bioma amazónico y la propuesta del buen vivir que, por siglos, han asumido los guardianes de la selva amazónica.

9. Desafíos al diálogo

La convivencia en un territorio común también marca la pauta de prácticas que conducen a la paz y la no-violencia. De manera similar a como San Francisco de Asís buscó en su tiempo al sultán musulmán Al Kamil, Francisco, el Obispo de Roma ha buscado el diálogo con otras confesiones y espiritualidades.

Esta actitud es un reto enorme para mejorar la comunicación entre las congregaciones misioneras, el clero, las otras denominaciones cristianas, los gobernantes, los pueblos que permanecen ocultos en aislamiento voluntario, los científicos y académicos. En fin, el proceso sinodal en la Amazonia ha aterrizado este ejercicio de escucha asertiva como base de la vivencia comunitaria. Con crudo realismo, debemos asumir que la Doctrina Social de la Iglesia, por sí sola, no transforma la realidad. Se requieren procesos pastorales inculturados que se evidencien en comunidades repletas de vida.

10. Desborde de misericordia

El abuelo blanco, como algunas personas de la Amazonia llaman al Papa Francisco, ha tendido un puente de diálogo entre las generaciones.  Como buen pontífice – esto es. constructor de puentes – se ha preocupado de reivindicar el valor de las personas mayores, tan marginadas en la civilización occidental.

Esto es especialmente significativo para las culturas amazónicas pues valida un estilo de vida y propone un cambio de paradigma en las relaciones interpersonales. En la raíz de esta forma de percibir el mundo está la experiencia de un Dios que es misericordia, un Dios que se desborda por puro amor y nos invita a desbordarnos creativamente para restaurar los vínculos sagrados de la hermandad. Un Dios que desborda la alegría y nos convoca a la alegría de la comunidad.

Reflexionemos juntos

Al leer estas diez ideas iniciales, le invitamos a que hagan el ejercicio de comentarlas y enriquecerlas en sus comunidades:

¿Qué balance queda para la Amazonia al cabo de esta primera década de pontificado? ¿Qué es lo que ha cambiado entre 2013 y 2023 respecto a la evangelización en esta selva que es garante de la vida de nuestra gran Casa Común? pero, sobre todo: ¿Qué es aquello en lo que debemos seguir perseverando para que amanezca la palabra y los sueños se hagan realidad?

La Plataforma de Acción Laudato Si´, la tarea del movimiento de Economía de Clara y Francisco de Asís. el profetismo de la Red Iglesias y Minería, las denuncias de la Iglesia constituida en sujeto político para proteger los DD.HH y pedir medidas cautelares ante la CIDH, la memoria siempre viva de los mártires que desbordaron su discipulado misionero hasta el bautismo de sangre, indican que esta década del Papa Francisco no puede medirse sólo por los frutos como el Sínodo, la exhortación Querida Amazonia, o la CEAMA.

Las semillas que ha esparcido, y que el “sueño hecho de agua” hará que en las chacras florezca la abundancia. Las palabras en Puerto Maldonado, al dar el primer paso sinodal, siguen teniendo una impactante vigencia:

 “Amen esta tierra, siéntanla suya. Huélanla, escúchenla, maravíllense de ella. Enamórense de esta tierra Madre de Dios, y comprométanse y cuídenla, defiéndanla. No la usen como un simple objeto descartable, sino como un verdadero tesoro para disfrutar, hacer crecer y transmitirlo a los hijos. A María, Madre de Dios y Madre Nuestra nos encomendamos, nos ponemos bajo su protección. Y por favor, no se olviden de rezar por mí y los invito a todos a rezar a la Madre de Dios. Dios te salve, María… Los bendiga Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Hasta la vista”.

* Alirio Cáceres Aguirre es diácono permanente, ecoteólogo, gestor ambiental y educador.