
La última semana de la IV Escuela de Derechos Humanos ha estado dedicada a la planificación de acciones de incidencia pública y política, entendidas como espacios de poder de la sociedad civil, herramientas de participación ciudadana y procesos que permiten vivir la democracia. Ximena Lombana, del Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del CELAM y futura Secretaria Ejecutiva de la REPAM, y Carol Jeri Pezo, de Cáritas Madre de Dios–Perú, explicaron la relevancia de estas acciones en distintos niveles.
Por: Equipo de Comunicaciones de REPAM
“Las denuncias, la comunicación, la formación, la sensibilización y los procesos jurídicos ante tribunales son formas de incidencia que permiten exigir a los estados el cumplimiento de los derechos”, señaló Lombana. Por su parte, Carol Jeri estableció la necesidad, en el marco de la escuela, de brindar herramientas prácticas para fortalecer la incidencia política, focalizando las acciones en la difusión de los derechos vulnerados y en demandas concretas a los estados. Se hizo énfasis en la proyección hacia espacios de incidencia local, regional, nacional e incluso internacional. Así, la escuela resaltó un proceso integral de preparación para que los participantes puedan realizar acciones estratégicas de incidencia con impacto en las políticas públicas.
Aplicar los aprendizajes
Ximena Lombana enfatizó que: “el espíritu comunitario es el que fortalece la lucha contra el extractivismo, es la esencia que sostiene la causa de defensa de los derechos. Cuando se pierde la esencia la causa se pierde. La integridad personal, la coherencia, la integridad de las personas son cualidades muy importantes para los activistas en Derechos Humanos”. Añadió que “lo más importante de la IV escuela es lo que viene después, es la aplicación que hagan de los conocimientos. Hay un objetivo claro: recoger, enfocar y proyectar los aprendizajes, aplicándolos en los territorios y comunidades cuando ustedes retornen y compartan lo aprendido”.
Es importante realizar un ejercicio de identificación de dos derechos vulnerados en las comunidades y la presentación de dos acciones concretas. Estas acciones se clasificaron en distintos ámbitos: denuncia, comunicación, incidencia política, formación y capacitación, sensibilización, por ejemplo, reuniones con autoridades, presentación de solicitudes formales o acciones ante tribunales. Carol Jeri subrayó que “todas las acciones se complementan para lograr una incidencia política integral, porque la obligación de proteger los derechos recae en el estado. Las demás acciones de movilización presionan a las instituciones estatales para que actúen, influyendo sobre los tomadores de decisiones. Los Estados tienen compromisos internacionales, y los ciudadanos debemos combinar las acciones desde distintos ámbitos de incidencia para generar cambios reales”.
Formando para la incidencia
En el contexto de la escuela, tanto Ximena Lombana como Carol Jeri subrayaron que, para lograr una verdadera incidencia es fundamental tener clara la causa, identificar el problema central y evitar dispersar esfuerzos en múltiples situaciones, que, aunque relevantes, pueden desviar la atención del objetivo principal. En este sentido, destacaron la importancia de organizar a las comunidades y pueblos indígenas, de manera que participen activamente y respalden sus demandas con documentación sólida y evidencia concreta, lo que da mayor fuerza y claridad a la causa. Como apoyo a este tipo de proceso, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) cuenta con un “Cuaderno de Apoyo para la animación de un taller de incidencia política en la Panamazonía”, un recurso que expone los pasos para llevar adelante acciones de incidencia.