Bajo la consigna “somos agua, somos vida, somos esperanza” se abre en Iquitos la Cumbre Amazónica del Agua

El evento que inició hoy se prolongará hasta el próximo viernes 3 de octubre. Son alrededor de 400 personas de distintas nacionalidades las que han llegado hasta Iquitos, capital del departamento de Loreto en la Amazonía peruana para llevar a cabo este espacio de reflexión y análisis sobre la situación, el contexto y la realidad que se proyecta sobre el agua en la Amazonía (un bien para salvaguardar la vida del planeta). La cumbre es promovida por la Vicaría del Agua del Vicariato Apostólico de Iquitos y apoyada por un buen número de organizaciones sociales y eclesiales que tienen presencia en la Amazonía.

Por: Comunicaciones Cumbre Amazónica del Agua

El acto de bienvenida estuvo precedido por dos momentos significativos llevados a cabo por la iglesia amazónica. El primero fue la misa celebrada en la iglesia matriz de Iquitos por la custodia de la creación, durante la noche del 30 de septiembre; posterior a ello, se realizó la proyección del audiovisual “Agua y Amazonía” en el Centro Pastoral del Vicariato de Iquitos. Un segundo momento, fue el espacio de reflexión, oración y espiritualidad que se llevó a cabo en la mañana del 1 de octubre, previo al acto de bienvenida; allí, representantes de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Italia, México y Perú interactuaron entre sí en un acto simbólico que proyectó la esperanza que se tiene para la cumbre.

Durante el acto de bienvenida

Con una mesa de lujo, que contó con representación de los pueblos indígenas, la juventud, la iglesia amazónica y el propio Vaticano, se dio apertura oficial a la Cumbre Amazónica del Agua. Allí, resaltaron las palabras de Mariluz Canaquiri, presidente de Federacion Kukama Huaynakana Katawara Kana, quien en una frase pudo resumir gran parte del sentido de la cumbre: “Defender los ríos nos da vida y dejará vida a nuestras futuras generaciones. Nuestros bosques toman agua, nuestras tierras toman agua. Los alimentos del día están ahí por nuestros ríos. El agua que cae del grifo viene de los ríos. ¿El día que el agua no se pueda tomar qué tomaremos? ¿cuándo la tierra no produzca, qué comeremos? Sin ríos no hay bosque y sin bosque no hay vida”.

El pueblo Kukama, presente en la zona de influencia del río Marañón y con un territorio que se extiende hasta la jurisdicción de Brasil, ha sido protagonista en la lucha por la defensa de las fuentes de agua. Mariluz Canaquiri, resaltó la importancia de las mujeres kukama y su papel en la defensa de los ríos: “Nosotras las mujeres emprendimos una gran lucha en defensa de nuestra vida. Demandamos al gobierno para que se resguarden nuestros ríos. Todos consumimos agua, lo seres humanos, las plantas y seres de diferentes especies. Sin ello, no podemos vivir.” Es válido mencionar que, hoy en día el río Marañón es considerado sujeto de derechos, luego de que la lucha de mujeres kukama desembocara en la promulgación de una sentencia que así lo establece; sin embargo, este dictamen judicial no se cumple en la práctica y los daños al río y al ecosistema persisten.

Por otro lado, Mons. Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos resaltó la importancia del sentir los ríos para conocer el papel que juegan en el equilibrio de la vida. “Citando a Juan Carlos Galeano: la mejor manera de conocer a un río es sintiéndolo” afirmó Mons. Cadenas en su saludo. En ese sentido, recordó dos escenarios claves para entender la problemática por la que pasan las fuentes de agua en el departamento de Loreto y que impactan al bioma amazónico. En primer lugar, el obispo de Iquitos hizo referencia al derrame de petróleo ocurrido el 3 de octubre del 2000 en San José de Saramuro; el registro oficial habló de unos 5500 barriles de petróleo que impactaron las aguas del río Pastaza, deteriorando la situación de la flora y fauna de la Reserva Nacional Pacaya-Samira, afectando el pescado para el consumo local y los cultivos de las comunidades aledañas.

El segundo escenario citado por Miguel Cadenas fue la situación que viven los asentamientos humanos 21 de septiembre e Iván Vásquez, en el distrito de Punchana-Iquitos. “Los pobladores de estos asentamientos están en un desagüe abierto, con una sentencia del tribunal constitucional que no se cumple”. Las más de 4000 personas de la zona ven como el acceso al agua potable está lejos de materializarse y como los desechos residuales de un hospital, una estación de gasolina y un CAMAL (matadero municipal) circulan por el sector generando afecciones a la salud, de niños, jóvenes y adultos. Mons. Miguel Ángel Cadenas calificó la cumbre como un espacio de audacia en donde se debe recalcar la consigna “somos agua, somos vida, somos esperanza”.

El agua se comparte, se defiende y se celebra

El acto de bienvenida contó con las palabras que el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el servicio del Desarrollo Humano Integral, y quien lanzó otra de las consignas que marca el sentido de la cumbre “El agua no es solamente un recurso “útil”, sino que es un derecho humano fundamental, un bien común que debemos custodiar y compartir. Donde el agua es contaminada o acaparada, se hiere la dignidad de los pueblos y se rompe la armonía de la creación” afirmó a los presentes a través de un mensaje en video elaborado para la cumbre. El cardenal Czerny resaltó que la sabiduría de los pueblos amazónicos permite recordar que el agua no se vende, no se posee y no se negocia; por el contrario, es un recurso que se comparte, se defiende y se celebra como signo de comunión en el camino de la vida.

El prefecto del Dicasterio para el servicio del Desarrollo Humano Integral calificó la Cumbre Amazónica del Agua como un signo de esperanza en este año jubilar, y animó a que las reflexiones y compromisos del encuentro se orienten hacia la ecología integral. Estas afirmaciones fueron respaldadas por la intervención del cardenal Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), quien recordó la importancia de realizar el evento en Iquitos, una ciudad donde el 60% de la población no tiene acceso al agua potable; además el cardenal Barreto recordó que el camino de la Querida Amazonía y la defensa de lo que hay en ella, inició en un primer momento en el Puyo (Ecuador) y dio un paso agigantado tras la visita del papa Francisco I a la ciudad de Madre de Dios, Amazonía peruana.

Lo que viene para la cumbre

La Cumbre Amazónica del Agua busca diversificar la participación de distintos grupos organizados. Durante la apertura se recordó la pre-cumbre juvenil que se tuvo en Iquitos, semanas atrás y que resaltó el papel de los jóvenes para defender la Amazonía, el agua y los bosques. Micaela Mercado Flores, representante de la Cumbre Juvenil Amazónica, afirmó que “el evento es un espacio en donde podemos alzar la voz como jóvenes. Esta no es una lucha de edades, es una lucha de todos. El agua es cultura, es identidad”. El abogado Abel Chiroque, representante de la Defensoría del Pueblo-oficina Loreto, sentenció que “la cumbre es un llamado a la acción, no es un evento para hacer un pronunciamiento, es unir esfuerzos para atender el llamado del río Amazonas.  Hoy en día la minería ilegal está en expansión desproporcionada y sin control (aumento del precio del oro). Debemos reflexionar sobre la necesidad de unir esfuerzos para motivar a la acción”.

Durante la primera mañana, la organización de la cumbre llevó a cabo el espacio de análisis participativo denominado “Café Global”, para concluir el primer día de cumbre se espera la realización del panel “Agua y Justicia” y del conversatorio “Agua y comunidades: Diversidad e interconexiones biológicas y culturales en la Amazonía”. El jueves 2 de octubre, la agenda estará marcada por la ejecución de 13 talleres en simultáneo y el compartir de experiencias. El viernes 3 de octubre, se realizará una reflexión alrededor de los cuatro sueños expuestos por el papa Francisco I en Querida Amazonía y se llevará a cabo la lectura y aprobación de la declaración de la cumbre.