
En memoria de los nuevos mártires, León XIV recordó a aquellos que dieron testimonio de “la fe sin nunca usar las armas de la fuerza y de la violencia, sino abrazando la fuerza frágil y mansa del Evangelio”. Así como la Hermana Dorothy Stang, “comprometida con la causa de los sin tierra en la Amazonía: cuando quienes se preparaban para matarla le preguntaron si estaba armada, ella les mostró la Biblia respondiendo: «Esta es mi única arma»”.
Por: Andressa Collet – Vatican News
Este domingo, 14 de septiembre, durante la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz para muchos cristianos de Oriente y de Occidente, el Papa León presidió en la Basílica de San Pablo Extramuros, en Roma, una celebración en memoria de los nuevos mártires y testigos de la fe del siglo XXI, con la participación de representantes de las Iglesias Ortodoxas, de las Antiguas Iglesias Orientales, de las Comuniones cristianas y de las Organizaciones ecuménicas que aceptaron la invitación hecha por el Pontífice. “A los pies de la cruz de Cristo, nuestra salvación, descrita como la ‘esperanza de los cristianos’ y la ‘gloria de los mártires’, el Papa recordó a los ‘audaces siervos del Evangelio’ precisamente con ‘la mirada puesta en el Crucificado’, que ‘tomó sobre sí nuestras enfermedades, cargó con nuestros dolores’:
«Muchos hermanos y hermanas, aún hoy, a causa de su testimonio de fe en situaciones difíciles y contextos hostiles, cargan con la misma cruz del Señor: como Él, son perseguidos, condenados, muertos. […]. Son mujeres y hombres, religiosos y religiosas, laicos y sacerdotes, que pagan con su vida la fidelidad al Evangelio, el compromiso con la justicia, la lucha por la libertad religiosa donde todavía es violada, la solidaridad con los más pobres. Según los criterios del mundo, fueron ‘derrotados’. En realidad, como nos dice el Libro de la Sabiduría: «Si a los ojos de los hombres fueron castigados, su esperanza estaba llena de inmortalidad».”
La esperanza desarmada de los mártires de la fe
Durante el Año Jubilar, continuó el Papa ante las cerca de 4 mil personas presentes en la basílica, celebramos “la esperanza de estos valientes testimonios de fe”: “Es una esperanza llena de inmortalidad, porque su martirio sigue difundiendo el Evangelio en un mundo marcado por el odio, la violencia y la guerra; es una esperanza llena de inmortalidad, porque, aunque fueron muertos en el cuerpo, nadie podrá silenciar su voz ni borrar el amor que entregaron; es una esperanza llena de inmortalidad, porque su testimonio permanece como profecía de la victoria del bien sobre el mal. Sí, la de ellos es una ‘esperanza desarmada’. Ellos dieron testimonio de la fe sin recurrir nunca a las armas de la fuerza y de la violencia, sino abrazando la fuerza frágil y mansa del Evangelio.”
León XIV recuerda a la Hermana Dorothy Stang, asesinada en Pará
El Papa León quiso entonces dar algunos ejemplos de mártires, porque son muchos, ya que, “lamentablemente, a pesar del fin de las grandes dictaduras del siglo XX, aún hoy no ha terminado la persecución contra los cristianos; al contrario, en algunas partes del mundo ha aumentado”. Citó al Padre Ragheed Ganni, sacerdote caldeo de Mosul, en Irak, que renunció a la violencia para dar testimonio de cómo se comporta un verdadero cristiano; al Hermano Francis Tofi, anglicano y miembro de la Hermandad Melanesia, que entregó su vida por la paz en las Islas Salomón; y también fue al Brasil para recordar a la religiosa estadounidense que luchó durante décadas en la región amazónica contra la deforestación y por los derechos de los pequeños agricultores y trabajadores.
“Pienso en la fuerza evangélica de la Hermana Dorothy Stang, comprometida con la causa de los sin tierra en la Amazonía: cuando aquellos que se preparaban para matarla le preguntaron si estaba armada, ella les mostró la Biblia respondiendo: «Esta es mi única arma».”
Dorothy Stang tenía 73 años cuando fue asesinada el 12 de febrero de 2005. La religiosa, en misión en Brasil durante casi 40 años, murió con la Biblia en la mano. Y esas muertes, dijo el Papa, “no podemos, no queremos olvidar. Queremos recordar”. Y León XIV añadió: “queremos preservar la memoria junto con nuestros hermanos y hermanas de las otras Iglesias y Comunidades cristianas. Deseo, por tanto, reiterar el compromiso de la Iglesia Católica en custodiar la memoria de los testigos de la fe de todas las tradiciones cristianas”.
La Comisión para los Nuevos Mártires en el Vaticano
El Pontífice exaltó así el trabajo desarrollado por la Comisión para los Nuevos Mártires, instituida por el Papa Francisco en 2023, junto al Dicasterio para las Causas de los Santos, en colaboración con el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Desde entonces, más de 1.600 mártires del siglo XXI han sido reconocidos por el Vaticano, en un testimonio que “es más elocuente que cualquier palabra: la unidad viene de la Cruz del Señor”.
Queridos hermanos, un pequeño paquistaní, Abish Masih, muerto en un atentado contra la Iglesia Católica, había escrito en su cuaderno: «Making the world a better place», «hacer del mundo un lugar mejor». Que el sueño de este niño nos anime a testimoniar con valentía nuestra fe, para ser juntos fermento de una humanidad pacífica y fraterna.
Fuente: Vatican News