“Hoy renovamos el compromiso con nuestros pueblos indígenas para, con ellos, luchar por la tierra, la vida y la defensa de la cultura”

Durante su asamblea anual el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, a través de sus misioneros y misioneras ratificaron su voluntad de escucha, acompañamiento y apoyo a las poblaciones originarias. Además, celebraron a su patrón, Santo Domingo de Guzmán, y presentaron su Plan Pastoral.

Por Querida Amazonía Perú

El último 7 de agosto el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, en el suroriente de la Amazonía peruana, realizó la Asamblea Anual del Vicariato para así compartir sus progresos en cuanto a los trabajos pastorales en cada una de las localidades. Todo ello en el marco de la fiesta de Santo Domingo de Guzmán del último 8 de agosto, pues es el patrón de esta jurisdicción eclesiástica.

Dicha reunión se llevó a cabo de forma combinada. Por un lado se realizaron pequeñas reuniones presenciales en varias sedes y, por otro, se virtualizaron algunos de los espacios comunes y el tiempo dedicado a la plenaria. Unas 150 personas estuvieron presentes desde diferentes puntos del vicariato que abarca toda la región Madre de Dios, la provincia de La Convención (Cusco) y la zona del Bajo Urubamba, en Ucayali. Por ejemplo, desde Puerto Maldonado hubo unas 50 personas, otras 30 desde la zona minera, unos 20 en Mavila, 8 en la provincia del Tahuamanu, unos 35 desde la capital de La Convención, Quillabamba, y por último diez miembros más desde la Misión de Kirigueti. También, en algunos momentos, se conectaron integrantes desde la zona del VRAEM, aunque con ciertas dificultades de conectividad.

 

Durante la reunión se trabajó el Plan Pastoral 2022-2026, un documento en el que se han establecido varios puntos principales. El obispo del VAPM, Monseñor David Martínez de Aguirre, explicó que se han descubierto nueve desafíos que se tienen como iglesia “al interior”, entre los que destacan la capacidad de acogida, las relaciones de hermandad, la vivencia de las celebraciones, además del trabajo con las familias. Además, durante este proceso, se han descubierto otros “cinco temas generadores que nos interpelan a dar una respuesta desde el evangelio, entre los que se encuentran destacados, la corrupción, la desintegración familiar, los impactos socio-ambientales, la migración y la pandemia”. Para responder a esto, el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado se ha marcado diez líneas de actuación presentadas como documento en esta Asamblea del Vicariato.

Participantes desde Puerto Maldonado

Se mencionaron también las líneas de acción a seguir: Generación de procesos de formación integral para los agentes de pastoral, profundización de la espiritualidad, promoción de la identidad cristiana y participación en la iglesia, reorganización de la misión apostólica, fortalecimiento de los ministerios ordenados y laicales, impulso de la iglesia en salida, acompañar el compromiso de fe de los agentes pastorales y comunidades cristianas, promoción de la responsabilidad personal y social frente a las situaciones de pobreza, integración de cosmovisiones y manifestaciones vivas de las distintas etnias y culturas dentro de la celebración litúrgica y la realización de encuentros fraternos, cercanos y festivos en las celebraciones.

Monseñor David también se refirió al trabajo de la iglesia católica en el Perú y la renovación de sus compromisos en el marco de este 9 de agosto en el que se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Aseguró que, como Iglesia, que busca mostrar y socializar “la riqueza ancestral y cultural de nuestro país cuyo centro se halla en las tradiciones y las personas que conforman dichos pueblos indígenas”. Además, remarcó que los misioneros y misioneras dominicas, presentes por más de un siglo en el sur de la Amazonía peruana, han podido identificar y aprender de ello durante esta larga historia de convivencia e interrelación con los pueblos indígenas.

“Ha existido siempre un compromiso de la Orden de los Dominicos con esta realidad de los pueblos indígenas porque, en su contacto, hemos aprendido mucho y queremos que occidente también sea transformado por ese contacto”, reflexionó Martínez de Aguirre. De igual forma, recordó que la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado en 2018 renovó esos compromisos, pues se escuchó y confirmó el acompañamiento por la defensa de los territorios, de la cultura y de la vida.

Por otro lado, la hermana Zully Rojas, misionera dominica, explicó que parte del plan pastoral del Vicariato Apostólico ha determinado fortalecer sus acciones en relación a la recuperación del diálogo intercultural, formación y conocimiento de la cosmovisión indígena para el Anuncio del Evangelio. “Queremos retomar las visitas a las comunidades indígenas y también venimos conversando sobre la atención a la pastoral indígena urbana. El año pasado se apoyó a familias de diferentes etnias, casi 120 de comunidades Harakbut, Ese Eja, Matsigenka, Yines, Shipibos… junto a otras instituciones […]”, comentó asegurando que, aunque la pandemia frenó las visitas a los ríos, sí se generó una mayor relación con los indígenas presentes en la ciudad.

Por último, la hermana Zully manifestó que los delegados del Vicariato se han enfocado en el trabajo de identificar los “aspectos irrenunciables” de la Pastoral Indígena. En esta tarea, según sostiene, se ha trabajado en interconexión y diálogo con el resto de vicariatos de la selva, como parte de una misma red, con el fin de establecer los aspectos irrenunciables y actividades que permitirán la coordinación de líneas de acción comunes como vicariatos amazónicos.

Participantes desde la zona de La Convención (Cusco)