La voz de la Amazonia y la COP 27

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Hace pocos días, en la inauguración de la COP 27 en Egipto, el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres lanzó un grito de socorro: “La humanidad debe elegir: cooperar o morir”.

En este rincón de la ciudad de Manaos, donde se celebra el Comité Ampliado de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), nos reuniremos el próximo 10 de noviembre para seguir gritando, junto con el Papa Francisco, por su sueño de una Amazonía que luche por sus derechos, los derechos de los más olvidados (mujeres, niñas, hombres y niños campesinos, indígenas, ribereños y afrodescendientes) para que su voz sea escuchada y su dignidad respetada.

Nuestra tierra, nuestros ríos, nuestro aire se encuentran en una carrera desenfrenada hacia la muerte. Requiere de cambios radicales y urgentes, si no, tendrá consecuencias catastróficas para todo el planeta. Sin Amazonía, no hay vida ni humanidad posible.

Y la humanidad, como nos dice Francisco en “Querida Amazonía” (QA), siempre tiene la posibilidad de superar “las diversas mentalidades de colonización para construir redes de solidaridad y desarrollo; el desafío consiste en asegurar una globalización en solidaridad, una globalización sin dejar nadie al margen” (QA, 17).

Caminos como la COP, tratados como Escazú, no serán “para devolver a los muertos la vida que se les negó, ni siquiera para compensar a los sobrevivientes de aquellas masacres, sino al menos para ser hoy realmente humanos” (QA, 17).

Los consensos políticos de nuestros países y gobiernos no pueden seguir quedándose en papel mojado con total indolencia y sin garantía y justicia alguna.

BASTA YA

Necesitamos un mundo que promueva derechos humanos de forma eficaz, que incluya las culturas, las espiritualidades, la justicia ancestral y que no desarraigue a las personas y los pueblos, especialmente a los jóvenes.

BASTA YA

Las medidas urgentes que el mundo necesita ante el cambio climático no pueden llevarse a cabo dañando los derechos humanos de los pueblos de la Amazonía y dejando a miles de personas sin medios de vida y sin futuro.

BASTA YA

Lo que el mundo está viviendo hoy necesita tener como protagonistas a los verdaderas sabias y sabios sobre el agua, la tierra, los árboles las plantas; hombres y mujeres de los que somos deudores.

BASTA YA

Hay que poner el nombre que corresponde: injusticia y crimen (QA, 14). Y pedirle, gritarle a los Gobiernos reunidos hoy en la COP27 que se está en juego el futuro de cientos de miles de niñas y niños que son futuro, no solo de la Amazonía, sino de la humanidad entera.

¡¡BASTA YA!!

Por Núcleo DD.HH. e Incidencia / REPAM