Los Obispos del Regional Norte1 de la CNBB muestran indignación y profunda solidaridad con el Pueblo Yanomami

Los Obispos del Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil lanzaron este 21 de enero una nota de indignación y solidaridad ante la situación que vive el pueblo yanomami.

Por Luis Miguel Modino

Los Obispos están «consternados y profundamente indignados, estamos viendo las imágenes de los cuerpos esqueléticos de niños y adultos del Pueblo Yanomami en el Estado de Roraima, resultado de las acciones genocidas y ecocidas del anterior Gobierno Federal, que liberó las tierras indígenas ya reconocidas para la minería ilegal y la extracción de madera, que destruyen la selva, contaminan las aguas y los ríos, generan enfermedades, hambre y muerte. Más de 570 niños han perdido ya la vida».

Minería ilegal que mata a los Yanomami

La Tierra Indígena Yanomami (TIY) es la tierra indígena más extensa de Brasil, con cerca de 9 millones de hectáreas, y está habitada por unos 28.000 indígenas yanomami, que hablan 6 lenguas diferentes y están divididos en más de 300 comunidades y grupos indígenas en aislamiento.

La minería ilegal, con una presencia estimada de unos 20.000 mineros, asociada a organizaciones criminales que conforman la llamada «narco-minería», involucradas en el narcotráfico, el tráfico de armas y el lavado de dinero, que cuentan con la complicidad de funcionarios públicos y el apoyo de una parte de la élite local, empresarios y políticos, mantienen una relación con la selva marcada por el extractivismo depredador.

Graves consecuencias para la Amazonía y sus pueblos

Esta actividad afecta a 273 aldeas yanomami, situación agravada por el desmantelamiento de las acciones sanitarias en las comunidades yanomami. Las consecuencias de la minería ilegal en el Territorio Indígena Yanomami son la devastación medioambiental, la destrucción de las comunidades indígenas, el desequilibrio de la economía indígena que les permite sobrevivir, el empeoramiento de la situación sanitaria, hasta el punto de que las comunidades que viven en medio de la selva amazónica carecen de asistencia sanitaria.

Ante una situación de colapso sanitario, el actual gobierno brasileño declaró el 20 de enero de 2023 la emergencia de salud pública en el territorio yanomami. El Gobierno Federal ha creado un grupo de trabajo para evaluar la tragedia en el Territorio Indígena Yanomami, visitando las regiones más afectadas para establecer un plan de acción e intentar evitar más muertes.

Profunda solidaridad de los obispos

Los obispos del Regional Norte1 han expresado su «profunda solidaridad con el pueblo yanomami, las familias que perdieron a sus hijos y adultos, los tuxauas y líderes». Junto a ello, afirman estar «al lado de los misioneros de la Iglesia en Roraima y del Consejo Indígena Misionero (Cimi), que desde hace tiempo denuncian la invasión del territorio yanomami y sus trágicas consecuencias».

El Regional Norte1 de la CNBB apoya «las valientes decisiones del presidente de la República y de varios ministros y consejeros que visitaron la región, tomando las medidas necesarias y urgentes para expulsar a los invasores y salvar muchas vidas de personas al borde de la muerte», según la nota.

En la línea del Papa Francisco

Citando las palabras de Querida Amazonia, la exhortación postsinodal del Sínodo para la Amazonia, en la que participaron como padres sinodales, la nota dice que «estamos ante una situación más en la que se repite lo denunciado por el Papa Francisco en Querida Amazonia: ‘los pueblos nativos han visto a menudo, impotentes, la destrucción del medio natural que les permitía alimentarse, curarse, sobrevivir y preservar un modo de vida y una cultura que les daba identidad y sentido‘ (QA 13)».

Movidos por la esperanza, los obispos imploran a «Dios Padre, Defensor de los pobres y oprimidos, que proteja al Pueblo Yanomami y a todos los que luchan por defender sus derechos«. Asimismo, piden la intercesión para los yanomami de «María, Madre de la Amazonia y Madre de los Pueblos Indígenas».

Fuente: ADN Celam