
Termina hoy nuestra presencia en el Foro de Pueblos Indígenas de este año. Han sido días intensos, plenos de trabajo y de escucha. También de compartir y de gritar los horrores que están sufriendo pueblos enteros, naturaleza y biomas en la Pan Amazonía. Hay que seguir, y desde ya en marcha y en coordinación CIMI y REPAM para lo que viene: COP 30, Foro de Empresas y Derechos Humanos, y por supuesto, con mucha fuerza, la Cumbre del Agua de Naciones Unidas en 2026.
Por Núcleo de Derechos Humanos e Incidencia Internacional de la REPAM
Una delegación unida y diversa
Arlete F. dos Santos, Kumaruara y líder del Pueblo Kumaruara y coordinadora ejecutiva adjunta del Consejo Indígena del Territorio Kumaruarauma; Alessandra Korap, Munduruku y líder del pueblo Munduruku y defensora de los derechos humanos de los Pueblos Indígenas y del medio ambiente; Julio Cusurichi, líder indígena shipibo de la Amazonía peruana, que lideró la iniciativa de 2002 que consiguió la creación de una reserva territorial para los pueblos en aislamiento voluntario (PIAV), que abarca 7688 kilómetros cuadrados (más grande que el estado de Delaware), en una de las zonas más vírgenes de la Amazonía; Lino João de Oliveira Neves, profesor del Departamento de Antropología de la Universidad Federal de Amazonas, experto en PIAV y miembro del Equipo de Apoyo a los Pueblos Indígenas Libres del CIMI; Juan Carlos Navarro Vega, Ingeniero Agrónomo, de Cáritas Madre de Dios y del Núcleo de Justicia Socio Ambiental y Buen Vivir la REPAM; Flávio V. Machado, misionero laico del CIMI y responsable de Incidencia Internacional, con 16 años acompañando a los pueblos Guaraní y Kaiowá en Mato Grosso do Sul (Brasil); Peter Hughes, misionero Columbano, fundador de la REPAM y Coordinador de su Núcleo de DDHH e Incidencia Internacional y Sonia Olea Ferreras, jurista, del Equipo de Incidencia Política de Cáritas Española y responsable de Incidencia Internacional de la REPAM.
Un equipo de mujeres y de hombres, de diversos rincones de la Pan Amazonía y del mundo, y con los mismos sueños (social, cultural, ecológico y eclesial[1]) de Francisco, que fallecía el día de la inauguración del Foro y que ha sido nuestra guía y nuestra luz estos días.
El agua, nuestra pariente, nuestra hermana
Muchos han sido los eventos paralelos donde el agua ha sido la protagonista. Organizados por agencias de las Naciones Unidas, por REPAM y CIMI, por otras organizaciones no gubernamentales, y con una claridad: Naciones Unidas tiene que aprender de los pueblos indígenas cómo relacionarse con el agua, cómo comprenderla, como vivirla como sujeto de derechos.
Así se han comenzado a dar los primeros pasos para la Cumbre de 2026, con el aprendizaje recibido en 2023 (donde también participamos REPAM, PUAM y CEAMA), en la 2ª Cumbre; después de más de 40 años, y donde ya las mujeres y hombres indígenas de muchos de los pueblos ancestrales del mundo, dejaron sus propuestas y sus alertas por las salas y pasillos de UN en Nueva York.
En palabras de una lideresa de las montañas Rocosas de los Estados Unidos, es esencial que todos los países y sociedades adopten con urgencia la “ética hídrica” de los pueblos indígenas. Como forma de entender el mundo, el agua de la superficie y el agua en el subsuelo.
Los pueblos indígenas, aliados de los Gobiernos, cuidadores del planeta
Con estas palabras el Dr. Barume, actual relator especial de las Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas, resumía su intervención en el Diálogo Interactivo de ayer lunes.
En él, puso el acento en los siguientes temas: demarcación de tierras y libre determinación, criminalización y asesinato de las y los defensores indígenas, extractivismo y comercio con el territorio y la vida; el desconocimiento y no aplicación del derecho a la consulta previa, libre e informada por los Gobiernos y la discriminación de las mujeres, que tienen que tener participación equitativa en la gobernanza de la tierra. Además, el futuro informe sobre identidad de los pueblos aclarará que no es suficiente con listar y definir, sino que conlleva también herramientas jurídicas y políticas para el desarrollo y la realización de una vida digna.
Tuvo también palabras para los pueblos en aislamiento voluntario y el objetivo esencial para los Gobiernos de procurar que no haya contacto.
Sus últimas palabras fueron para el contexto mundial en el que vivimos, donde “hay que volver a luchar por lo que se daba por sentado: los principios generales de los DDHH”, para todas las personas y mucho más aún para los pueblos indígenas.
Concluimos con una afirmación rotunda, siguiendo las palabras del Dr. Barume: los principios de no discriminación y libre determinación fueron creados para unirnos como familia mundial, como proclama el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero demos un paso más: incluyamos en esa familia a la naturaleza toda, a los océanos, mares y ríos, a todas las criaturas.
[1] https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20200202_querida-amazonia.html