Moema Miranda: El Sínodo Amazónico plantea la urgencia de una iglesia junto a los pobres y la naturaleza

Vivimos una crisis generalizada del planeta, que amenaza la existencia de toda la creación. Por ello, este Sínodo Amazónico, nos trae -de una forma extremadamente contemporánea- la urgencia y la esperanza de una vida compartida y en complementariedad. Pero, el tiempo es ahora. El Papa Francisco comprendió, perfectamente ese sentido de urgencia. Ese sentido de que una forma de estar en el mundo, es vivir en comunidad, quien no entra a vivir en la comunidad, contribuye a destrucción del planeta donde vivimos. Aseguró Moema Miranda, coordinadora de la Red Iglesias y Minería, y asesora del Sínodo Amazónico.

 

Moema Miranda, advirtió que la emergencia de la crisis ambiental, precisa reconectar la sabiduría que viene del cristianismo -la sabiduría que viene de Francisco de Asís- y la sabiduría que viene de los pueblos indígenas, la sabiduría también que viene de la ciencia para establecer un diálogo profundo.

 

El sínodo acontece en un momento único de la historia de nuestro planeta. Pienso que este sentido de urgencia y el hecho que estamos viviendo en un mundo en el que vemos tan cerca de la posibilidad del fin de la vida, el fin del planeta, es un momento que nunca antes la humanidad vivió. Ello exige que este Sínodo sea muy radical en cuanto al cuidado y defensa de la Creación.

 

En la Amazonia vive gente en una disputa radical de dos proyectos -por eso el Papa Francisco comprendió y ya expresó, de esta importancia sinodal- dos grandes proyectos, un proyecto que es un proyecto destructor, un proyecto obsesionado por la ganancia y el lucro ilimitado, un proyecto extractivista de las grandes minerías, un proyecto devastador de agro negocio, un proyecto de destrucción ambiental y otro proyecto sustentable (sostenido por los pueblos indígenas), diverso y plural. Proyecto de pueblos que aprendieron a convivir durante millones de años y enriquecer la floresta y toda la naturaleza con su propia vida.

 

El papa Francisco dice tenemos que construirnos juntos y eso es profundamente verdadero. Si la Amazonia está en disputa, existen dos lados, y la Iglesia se coloca al lado de los pobres, se coloca al lado de la tierra. Es desde ese lado que dialoga y que busca alternativas junto a otras entidades, comunidades y pueblos.

Por Asunta Montoya, Red Iglesias y Minería

09/10/2019