Pueblo Harakbut celebra el ‘I Congreso de la Mujer Harakbut’ bajo el lema “Nuestras voces salen del bosque”

Más de 30 representantes de las comunidades de Shintuya, Puerto Azul, Puerto Luz, Boca del Inambari y San José de Karene se reunieron el 27 y 28 de agosto para dialogar sobre las preocupaciones de las mujeres harakbuts y visionar posibles caminos de solución. El resultado fue plasmado en una Declaración consensuada. El evento fue impulsado desde la Nación Harakbut.

Por CAAAP

El liderazgo y el importante rol de la mujer harakbut dentro de su pueblo quedó evidenciado durante el ‘I Congreso de la Mujer Harakbut’ celebrado el 27 y 28 de agosto en la comunidad nativa Puerto Azul, en la región Madre de Dios. Así lo constatan quienes fueron testigos de cómo un nutrido grupo de lideresas, muchas de ellas menores de 30 años, dialogaron y denunciaron las situaciones que más les preocupan al interior de sus comunidades. El impacto destructor de la minería y la tala ilegal, tanto desde el punto de vista medioambiental como social y cultural, es una de ellas. Y es que ninguna comunidad ni familia es ajena. El lema del evento no podía ser más ilustrativo: “Nuestras voces salen del bosque”

En el encuentro impulsado desde la Nación Harakbut participaron, en promedio, seis representantes de las comunidades de Shintuya, Puerto Azul, Puerto Luz, Boca Inambari y San José de Karené entre las que estaba la responsable de Mujer (denominada ‘opo’ en referencia a la terminología utilizada antiguamente en las comunidades harakbuts para designar a los dirigentes) de la Nación Hararkbut, Victoria Corisepa. Mujeres que, en gran medida, dialogaron y expusieron sus ideas en idioma harakbut haciendo de este evento también una clara reivindicación por su lengua materna y manifestando una de sus principales preocupaciones: la pérdida de la identidad cultural y los valores que constatan, día a día, en los jóvenes.

Kelly Patiachi, con el micrófono, siendo portavoz de su grupo de trabajo.

“Como madres estamos preocupadas por la falta de asimilación cultural, la pérdida de valores. Los jóvenes están en gran medida absorbidos por la llegada del Internet y las redes sociales y, además, sufren la discriminación de la sociedad”, comenta Maribel Carase, quien por vez primera participó activamente de una reunión de estas características. Una primera vez que, espera, no sea la única ya que considera que fue una experiencia positiva. Ahora, dice, espera que todo lo trabajado “no solo se sistematice, sino que las voces de las mujeres harakbuts sean escuchadas a nivel nacional e internacional con el apoyo de nuestras organizaciones indígenas”. Se trata, en definitiva, de implementar lo acordado que permitan hacer respetar el territorio, la cultura y la valía de la mujer harakbut.

Si bien el protagonismo fue íntegro de la mujer también se invitó, especialmente para la inauguración y la clausura de este evento de dos días a algunos representantes del pueblo Harakbut como el OPO General de la Nación Harakbut, Miguel Visse; el subgerente de Participación Ciudadana y Comunidad Nativas del Gobierno Regional Madre de Dios, Héctor Sueyo; varios sabios como el Sr. Manuel Kameno y el Sr. Jorge Tayori; y otros dirigentes como Jaime Corisepa, Luis Tayori y Fermín Chimatani. También se invitó a aliados y colaboradores de la Nación Harakbut como los antropólogos Beatriz Huertas y Thomas Moore; la representante harakbut Miriam Shimbo como parte de la UGEL-Tambopata; así como integrantes de la Federación Nativa de Madre de Dios (FENAMAD), entre ellas la responsable del Programa Mujer, Vanessa Racua.

Cabe mencionar que los acuerdos tomados entre las más de 30 mujeres presentes han quedado plasmados en una Declaración que recoge puntos tan importantes como el machismo, la discriminación y la desintegración familiar que, en cierta manera, viene afectándose por los impactos sociales de la minería ilegal (prostitución, alcoholismo…); la pérdida de territorio y degradación medioambiental causada por el extractivismo; y la afectación negativa a la cultura y los valores con énfasis en la pérdida de la lengua y ciertas costumbres ancestrales.

Fotografías: Coharyima