Un grito de esperanza en la Asamblea Eclesial, comunidades en re-existencia al extractivismo

Desde un manifiesto diversas instituciones y pueblo de Dios expresan a la Asamblea Eclesial su compromiso con los empobrecidos y empobrecidas, con “los rostros sufrientes” y víctimas del extractivismo quienes “esperan contra toda esperanza”.

Por Carmen Julia Luján C.

En el marco de la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, miembros de redes, organizaciones, plataformas, congregaciones diversas, confesionales y ecuménicas, y quienes se reconocen como Pueblo de Dios, a través de una manifiesto expresan su inquietud común hacia las víctimas del extractivismo.

 Desde su reflexión, las comunidades afectadas por el extractivismo en América Latina son los “rostros sufrientes”, víctimas de expolio, opresión, represión y muerte, pero también son quienes hacen posible la vida diversa; veneran la sacralidad de la Casa Común como Madre dadora de vida.

En ese sentido denuncian que la pobreza y la opresión son causadas por el  extractivismo, mismo que  profundiza la crisis mundial.

Con la bandera del progreso entran a nuestros territorios ofreciendo mentiras, hablando de un desarrollo que nunca llega y que solo enriquece al capital que nos somete y daña nuestros cuerpos y nuestros territorios”, expresa el documento.

  En sintonía con San Romero de América, y de cara al extractivismo, se pronuncian : “les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!” Porque: “Nos duele la muerte de tantos seres humanos y también de nuestra Madre Naturaleza. Como se mata la vida de los seres humanos, de las plantas, de los ríos y nos duele tanto”, indica el documento.

Consideran este un “Grito de Esperanza”, en el escenario difuso y complejo, de horror y de martirio, que configura la realidad de vida de los pueblos,  y reconocen la presencia  del Espíritu de Dios en el sentir, en la acción y en las prácticas de defensa de la vida que El Pueblo realiza, “esperando contra toda esperanza.”

Asimismo, reafirman su  compromiso con los empobrecidos y empobrecidas del Continente que sufren y sueñan.